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Diario Impersonal

Mentiras

Dicen que las mentiras tienen pata corta. Y comparto con lo que dice el webmaster en la página principal de este sitio.
Se puede decir que hay muchas clases de mentiras. Están las mentiras piadosas, otras que te hacen reír, las que te hacen odiar, las que hacen doler el alma y hasta llorar. Y estas últimas son verdaderas mentiras porque son a voluntad. A veces no se miente pero se oculta. Y no se si eso es mentira o no. A mi modo de ver es tener reserva, no es mentir. Los temas que se ocultan o las cosas que se ocultan tambien dan para mucho hablar.
"Me mentía que me quería y sin embargo tenía a otra". Este enunciado puede verse como que no todo era mentira. Alomejor la quería, y en eso no mentía. Pero no le decía que tenía otra para no herirla. El caso es que hoy día, existen miles de mentiras. Es la desviación de la conducta humana hacia lo que mas conviene.

El taxi que nunca llegó

Había una vez una señora, con unos años menos de los que hoy tiene, llegó a la terminal de ómnibus. Bajó de un micro de larga distancia Tomó su teléfono y marcó un número. Al otro lado, se escuchó el Hola del dueño del taxi al que había llamado. Pero de inmediato se cortó la comunicación. Y a pesar de su infructuosa insistencia, el sonido del contestador no hacía otra cosa que comunicar que la persona con la que intentaba hablar, había apagado su celular. La señora enmudeció, brotándole lágrimas de sus ojos. Permaneció parada un rato frente a una de las escaleras de la terminal, lo necesario como para dar tiempo a que llegara su taxi preferido, el que había llamado. Pero ese taxi nunca apareció (ese día) y debió tomar cualquier otro. Con un nudo en la garganta, la señora llegó a destino. Bajó su pesada maleta, la subió escaleras arriba y una vez dentro de su habitación desempacó lo necesario como darse una ducha y salió a caminar. Caminó las calles de la ciudad con sus ojos nublados y la mente en blanco, hasta conseguir un poco de calma y serenidad. Ese día la señora hubiese sido Feliz si escuchaba que alguien que ella tanto amaba, le dijera aunque sea Te Quiero.

reflexiones

El tiempo va poniendo todo en su camino. Cambiar y fluir con ese cambio hace todo más sencillo, más simple y más mágico. Siendo la única realidad que estamos aquí ahora, mañana quién sabe… nos iremos con nuestra piel y con lo vivido, mejor si es con una sonrisa en los labios y con el corazón lleno de amor a rebosar, no el que nos den, sinó el que somos capaces de dar.

La teoría de la relatividad

Dos matones entran en el apartamento arrastrando a un jovenzuelo débil, esmirriado y apaleado. Dentro les espera Tito, un negro de 2 metros de alto y 2 de ancho que se encarga de educar a los que van llegando.

Uno de los matones le transmite la orden del capo a Tito:

- A este le das por el culo como a ti te gusta, así aprenderá a no chulear tanto por el barrio.

- De acuerdo, tíralo en ese rincón que luego doy cuenta de él.

A la víctima se le saltan las lágrimas de miedo e implora compasión, pero todos dan por sentado que el negro, con tendencias bisexuales, disfrutará de lo lindo con el muchacho. Cuando se van los matones, el chico intenta convencer a Tito para que no le imponga el castigo asignado y que no se lo diría a nadie.

Al cabo de un rato, vuelven a entrar los dos matones arrastrando a otro agraciado de los premios sorpresa. También le dan las instrucciones del capo:

- Tito, a ese le cortas las piernas y le quemas la cara, así otra vez recordará que el dinero del jefe es sagrado.

- Muy bien, haré un trabajo a conciencia. Dejadlo en el rincón.

No pasó demasiado tiempo cuando vuelven los dos matones con otra nueva adquisición y con las correspondientes sugerencias del jefe:

- El jefe ha dicho que a este le arranques los huevos de cuajo y le cortes la lengua, así no volverá a insinuarse ante las mujeres que no debe.

- Muy bien, se me está acumulando el trabajo, pero no hay problema. Tiradlo al rincón ese.

El primer muchacho se dirige al enorme negro y puntualiza:

- Señor Tito, para que no haya confusiones, yo soy el que usted tiene que dar por el culo.

La verdadera teoría de la relatividad indica que la percepción de una misma realidad puede variar en cuestión de minutos y sobre todo si se compara con otras posibilidades.

Parecido a Metiche

Parecido a Metiche

Odio a la pirotecnia

Y lo llamaron Metiche...
Era un perrito de mediana estatura, raza PP (puro perro), de pelo corto color negro y algunas manchas blancas. Muy simpático. Su dueño, vaya saber quien...lo dejó ir, no lo buscó, o directamente lo dejó tirado en cualquier lugar.
Metiche apareció un día cualquiera y eligió una esquina, la más concurrida del pueblo, donde tenía carnicería, mercado y panadería, todo al alcance de la mano (o de sus patas y de su boca). Y hasta un colegio, con alerón exterior que le permitía cubrirse de la lluvia y el frío. Un día lo encontré durmiendo debajo de la escalera externa de mi casa. Seguramente sintió mucho frio y se refugió en ese lugar porque ahí el viento del sur no golpeaba su flaco y desnutrido cuerpo.
Metiche me acompañaba todos los días dos cuadras, trayecto que recorría moviendo su cola constantemente hasta despedirme cuando estaba a media cuadra de mi trabajo. Volvía a su esquina habitual, y cuando ya llegaba el mediodía, esperaba frente a mi casa el momento en que salían los niños de la escuela. Era el momento justo para esperarme. Apenas me divisaba, salía a mi encuentro, con su cola hecha un ventilador, expresando de esta manera su alegría.
Por el miedo que le tenía a los cohetes, petardos, y demás artículos de pirotecnia, se refugiaba en cualquier sitio donde no le afectaran los estruendos a sus indefensos oídos. Por más de una semana adoptó como su dueña a la señorita de la panadería. Se quedaba durante casi todo el día cuidando la puerta. Pero hay personas a las que no les gusta los animales y se empezaron a quejar. El dueño del local comercial decidió llevarlo a su casa. Lo mantenía atado hasta que un día, de esos días tremendamente locos a causa de un festejo posterior al último partido de fútbol de un campeonato importante, los ruidos de esos artículos de pirotecnia asustaron a Metiche hasta tal punto que de hacer tanta fuerza logró desprenderse de sus ataduras y volvió a escapar. Ya nadie sabe más de él. ¿Adónde habrá ido? ¿Cómo habrán quedado sus oídos? ¿Me reconocerá si algún día lo encuentro? Pobre de esos animales que tienen más desarrollado el sentido del oído, porque si a nosotros los humanos nos molestan los estruendos, ¿qué será de esos indefensos seres irracionales que no pueden ni tienen derecho a reclamo alguno?.

La hora Cero

La hora Cero

Nunca lo supe... Tal vez si me hubiera atrevido a preguntar más de lo acostumbrado, me hubiese enterado del por qué...
Mi madre siempre fue muy reservada en todo. Como hija de inmigrantes, su reserva se extralimitaba, olía a exagerada. Cuando se sentaban a tomar mate con mi padre, ella dulce, él amargo, ella en un termo, él en una pavita de aluminio un tanto negra en la parte inferior por usarla sobre la plancha de la cocina a leña, nosotros, los pequeños hijos no podíamos acercarnos demasiado para no escuchar la conversación (o discusión) que mantenían. Cruzaban no muchas palabras, a veces en su idioma extranjero que no se comprendía.
Todos los años, desde que tuve uso de razón, para el día 24 de diciembre, preparaba con mi hermana mayor unos varenequis (¿se escribe así?) de papa con cebolla dorada en aceite y otros de ricota. A los primeros los servía cubiertos con un poquito de aceite, del mismo en el que había dorado las cebollas cortadas lo mas finitas que podía. Los de ricota los servía con crema de leche. De postre, comíamos trigo hervido con el agregado de miel o azúcar, según el gusto de cada uno de los comensales. Esa noche no se comía carne. La cena se servía a las ocho o nueve de la noche, y participaba solamente la familia de la casa, sin invitados especiales. Un vez terminada la cena, nos íbamos todos a dormir. La Navidad se festejaba al otro día (el 25).
Pasaron los años, crecimos los hijos, cambiaron algunas costumbres...Pero mi madre mantuvo su costumbre hasta la última Nochebuena. Nunca quiso esperar la hora Cero. Cenaba, limpiaba la cocina y se retiraba a su dormitorio a dormir. Nunca pudimos, mis hermanos y yo, brindar con una copa a las Doce de la noche. ¿Cuál habría sido el motivo de no hacerlo? No lo sabré nunca.

Destino Itaca

Y fue un día, aquel en el que me habías dicho que si por tí fuera, mandarías a quemar todas las iglesias... Sentí miedo, mucho miedo. No sabía realmente quién eras, ni lo se hasta ahora. Y me dijiste que Dios no existe. Y sentí más miedo por tí que por mí. Y no se por qué lo dices de esa manera, tan cruel, tan obsesiva. Y quisiera saberlo, y lo voy a averiguar de a poco hasta que tú mismo me lo digas, que sueltes esa idea fantasmal que tienes dentro de tí. Y sé que te habrán pasado cosas, cosas muy malas y feas, como la pérdida de tu amada pareja, como tú mismo lo habías dicho. La querías mucho, me dijiste. Y tal vez, sientes despecho, resentimiento y odio hacia la iglesia por eso, porque hubieras querido que la salven. Pero deberías recordar que este mundo no es perfecto, y que todos moriremos algún día. Y fue por eso, que el día domingo, una hora entera te recordaba. En vez de escuchar lo que decía el cura, mientras resaba la misa, yo pensaba en tí. Y pedía por tí, para que Dios, que para mí sí existe, te de un poco de fe, aunque sea del tamaño de un hilo, pero que la tengas. A todo ser humano le hace falta la fe para mantener viva la llama encendida de la misma vida.
Y te recordaba bien, con cariño. Recordaba tu rostro, tus cabellos cortos, tus ojos azules, tus blancos dientes con una amplia sonrisa. Y tu cuerpo tan esbelto con unos gramos demás (eso lo dices tú).
Y eres el navegante, que luego de haber perdido a tu amada por haber enfermado de un mal irreversible, has decidido no anclar en puerto alguno por mucho tiempo, hasta que el destino indique otra cosa. O hasta que descubras que has llegado a Itaca. Desconozco ese destino, tal vez pueda ser yo misma, o quizás nunca lo sabré.

Ensalada de un juego.

Hay juegos en la vida, que así como en el ajedrez, participan varios actores.
Y uno de esos juegos es el amor.
Tal vez me dirán que el amor no es un juego, NO, no lo es. Se puede tomar como una contradicción, o tal vez no. Si no queremos ver al amor como un juego, entonces digamos que se da el juego de palabras, de actitudes, de gestos, que participan del amor, que le dan significado, que le dan vida y sentido, que permiten su permanencia en algún lugar en el tiempo y en el espacio. Y de esas cosas, a veces participan varias personas (actores), más de dos. Me refiero a esposo, señora, mujer y a veces hasta una cuarta, amante y por qué no, una quinta, la amiga. El amor en cada caso es diferente. Y caben dudas...¿Es eso amor? No, me dirás, no se puede amar a varias almas al mismo tiempo. Y NO. Pero es un juego...Entonces juega con la que es la esposa, a la seriedad, al cumplimiento, al cobertor de los gastos en lo económico. Juega con la mujer, que por otra parte cabe destacar que no vive bajo el mismo techo, y digo juega, porque la encuentra cuando la necesita, cuando tiene tiempo, cuando le sobra el tiempo, que es casi nada, cuando se siente solo, abrumado y triste. Y también juega con la amante cuando no encuentra a la mujer que dice amar, porque está lejos. La amante lo seduce al momento y logra llegar al éxtasis para después no recordarlo tal vez, nunca más. Solo fue el juego del momento. Y la amiga, se presta también al juego porque le dedica su tiempo llamándolo por teléfono, escuchando sus penurias, adulándolo para que no desfallezca.
En fin, por algunos la vida y el amor son un juego. O quizás me equivoco, y esas actitudes, gestos y`palabras hacen que ame a cada una de esas personas con mayor intensidad, porque cada cosa complementa a la otra para que pueda sentirse muy bien. Y pueda seguir viviendo.

Corazón en blanco y negro

Corazon en blanco y negro
En cada escaque acomodas dijigente a cada ficha de tu vida, el amor que le profesas a cada una dependera de sus cualidades personales y del lugar que ocupe en el tablero.
Solo el rey es protegido a toda costa. El peon, de los cuales tienes muchos los mandas siempre a la linea de combate, son los que menos te cuesta sacrificar y los usas para lograr el dominio del centro del tablero.
El alfil, ese que tienes siempre al lado, el miserable que te habla al oido parado siempre en el escaque negro mientras su contraparte de pie siempre en el blanco se le hace el amigo al soberano.
Ese que es uno que finge ser otro, el que te hace creer que te conviene, el que anda siempre de costado, el que persigue un fin a cualquier precio.
Las torres que son la fuerza que te cuida desde los extremos de tu reino, la fortaleza que avanza siempre mirando al frente, la que siempre va a estar para cuidarte.
El caballo, ese loco desquiciado caballero, capaz de saltar sobre el peon para ponerse al frente en la batalla, el idealista de los movimientos extraños, el unico capaz de pasarle por encima a todas las demas piezas, avanza dos, y se tira para el costado uno, se corre al costado y avanza dos... y nunca se sabe por que camino llega a su destimo porque todos son posibles para el.
La bella dama, la mas poderosa del tablero, la mas querida, la consentida, la que es capaz de atravesar el campo de batalla sea de frete de costado o diagonal, su debilidad esta en su fuerza porque debe ser celosamente custodiada por ser la mas valiosa.
El rey, el soberano, el que no hace casi nada, como no sea esconderse tras la torre de un enroque el que no puede estar amenazado y solo se mueve de a un paso. Pero no tiene necesidad de moverse, porque es el unico que esta donde quiere. Su fuerza reside en su debilidad pues el juego solo existe si el esta y todos juegan para el y son sacrificados por él.

Carta a mi amigo Fernando

Dime qué piensas de esto que te diré. Es a modo muy personal y es lo que pienso según la instrucción y educación que he recibido en mi vida y me ha quedado como una marca de fuego: Para mí el saludo es primordial, cuando te encuentras con una persona. Ni al peor enemigo se lo negaría. No me des explicaciones de nada, si lo prefieres. Así habíamos quedado ¿Sí? (A veces el silencio es la mejor de las respuestas). Pero siento una profunda necesidad de decírtelo como así también otra cosa. Y es que me has dejado un poquito tristona. Y no me enfado, no lo haré porque respeto las diferentes formas de ser de las personas. Simplemente a veces no están de acuerdo a mi forma de ser, pero tampoco tienes la obligación de ser como me guste. Cada cual es diferente, es único, es individual. Y trataré de tomar lo positivo de todo esto.
Ahora, aunque esté conectada, me iré a hacer las cosas de ama de casa que me están esperando. No es porque no pueda pagar a alguien que lo haga. Simplemente no quiero gente extraña metiendo las narices entre mis cosas.
Un beso y un gran abrazo.
Ah! Y cuando estés de humor, me lo dices, y charlamos. No quiero estar triste, no quiero enredarme en lágrimas. Ya he llorado bastante en mi vida. Prefiero estar activa y pensar en que mañana será otro día.
Y si cometí errores al escribir, no me enojaré si me los haces notar.
Otro beso y hasta luego

Una dulzura

Una dulzura del todo extraña fatigaba mi corazón, lo advertí cuando mi mano se apoyó en mi pecho cansado, y sentí que los latidos eran cada vez más acelerados.
Y bajando de cansancio, mi cabeza sobre la almohada, cubierta por una funda amarillo pálido que todavía tiene huellas de aquella suavidad primera, de una cabeza que de muy lejos me recordase la de un ser especial, inigualable.
El cansancio parecía meterse por el corazón. Era grande el dolor y tan excesiva la suavidad. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo fatigado, por circunstancias inexplicables, de una dependencia que el mismo corazón se ensaña en presentar y mantener.
Me dormí apaciblemente, aunque a cada hora me despertaba por ese golpeteo que en mi corazón anunciaba la ansiedad y la impotencia ante situaciones que escapan a mi capacidad de solución alguna.
Soy consciente de que la vida continúa y el camino por recorrer, no se sabe si es corto o excesivamente largo.
Trataré de mantener esa dulzura extraña sin fatigarme, que me sirva de contención y no de angustia, que la almohada me de calor y al sumergirme en mi abrigo, me deleite en un sueño perfectamente tierno y reconfortante.
Pues mañana será otro día. La vida continúa y todavía me queda mucho por hacer, por ti, y por mí.

Sol y Luna

Hace muchos años, el Sol y la Luna vivían en la tierra. Eran una pareja muy feliz y no necesitaban de mucho para serlo. Cuando Dios los creó, los dejó juntitos, porque él veía como se querían. Su amor era muy fuerte como para separarlos. Pero…un día, Dios le dijo a la Luna que se tenía que separar del Sol. Ella tenía que estar alumbrando a esas almas de noche, mientras que el Sol, daba toda su energía de día. La Luna le contestó que no, que ella no se podía separar de su amor. Dios le contestó que las distancias no hacen perder el amor que uno siente por el otro. La Luna lloró y pasó días llorando. La tierra se iba cada vez más y más, mientras ella lloraba por su amor, inundándola. Su amor, el Sol, no sabía cuál era el motivo por el cual la bella Luna lloraba. La Luna no le quería decir nada, pues no quería ver a su amor estar mal, pero ella, lo único que podía hacer era vivir los últimos momentos junto a él, y…llorar. Fue así como tuvieron que subir cada vez más y más arriba, dado que todo se estaba inundando, ya que ella no paraba de llorar. Es así como llegaron, a un lugar bello, hermoso, llamado cielo. No sabían en donde estaban. Sólo lo apreciaban. Ella pensaba si ahí, se iban a separar como le había dicho Dios: “yo te voy a avisar cuando te tengas que separar, aprovecha, vive el presente, disfrútalo”. Es así, como de repente, apareció Dios, entre unas paredes que parecían de algodón, suaves, blancas, a las que llamaba nubes; diciéndole al Sol que se iba a tener que separar de su amor, el de día, ella de noche, “eso significa que no nos vamos a cruzar más, no la voy a ver nunca más”, dijo el Sol. “Sí, estás en lo cierto”, le respondió Dios. “No, no puedo, no voy a dejar a mi amor irse, se fueron muchas cosas de mi camino, las dejé ir, no las supe aprovechar. No voy a permitir que nos separes”, le contestó el Sol a Dios (en ese momento entendió el Sol por lo que lloraba la Luna). Dios le colocó un brillo a cada uno.
Ninguno pudo hacer nada para evitarlo. El Sol de día, la Luna de noche. Dos almas, dos corazones separados por el creador.
Cuando se dieron cuenta que jamás se encontrarían… les invadió una gran tristeza. La Luna fue quedándose cada vez más angustiada y a pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose solitaria. El Sol, a su vez, había ganado un título de nobleza, el de “Astro Rey”, pero eso tampoco lo hizo feliz. Dios viendo ésto, los llamó y les dijo: “No debéis estar tristes porque ambos ahora poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encontrarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título, porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionarás calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices”.
La Luna siguió llorando por su destino, pero… esta vez ya no caían lágrimas, pues ya no le quedaban lágrimas de todo lo que había llorado. El Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejarla abatir más, que tendría que darle fuerza y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido. Aún así su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Dios. “Señor… ayuda a la Luna, porque es más frágil que yo y no soportará la Soledad”. Y Dios en su inmensa bondad, creó entonces las estrellas, para hacerle compañía a la Luna. Estas contenían una alegría nunca vista, siempre animaban a quien estaba triste. Pero con la Luna no pudieron, ella quería a su amor. Hoy ambos viven así… separados, el Sol finge que es feliz y la Luna no consigue disimular su tristeza. El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de sus añoranzas. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió… porque es mujer, y una mujer tiene fases. Cuando es feliz, consigue estar llena, plena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo. Sol y Luna siguen su destino; él Solitario pero fuerte, ella acompañada de las estrellas, pero débil. Los hombres intentan constantemente conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos…nadie jamás consiguió traerla hasta la Tierra. Nadie realmente lo logró por más que lo intentaron, pues no se dan cuenta que la Tierra es un mal recuerdo, un mal lugar. Ella quiere estar con su amor, con su compañero, pero…nadie los entiende, nadie hace nada por juntarlos de nuevo.
Pero Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el Sol, entonces creó al Eclipse. Hoy…Sol y Luna, viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta que sucedan. Cuando mires el cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre a la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse en ese acto de pasión al que se le dio el nombre de Eclipse. Porque aunque sea un minuto, la Luna y el Sol están juntos de nuevo. Es difícil recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento. Tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.

Es ahí donde comprendemos que todo amor es posible, y donde podemos llegar a comprender que como ellos debe haber muchas personas que sufren de amor, quizás porque no lo tienen, o lo tienen lejos, o nunca llegó, o simplemente renuncian a él por temor a algo. Pero hay personas que no entienden que la distancia no separa el amor que siente el uno por el otro, que no lo destruye. Y hay muchas de ellas, que se quieren olvidar de ese amor, ya que olvidar es fácil, quitarlo del corazón es lo difícil.

Pero no hay que olvidarse de esas personas que cuando uno está mal lo hacen levantar, se podría decir nuestras estrellitas, nuestros amigos. Son lo mejor que tenemos. Pero ni ellos pueden dejar que nosotros suframos por el amor de nuestras vidas. Entonces tú, si alguna vez te pusiste a observar el cielo, de día, cuando está el Sol, piensas: “¡Que hermoso día!”, y de noche nos decimos “¡Que bella Luna, que bellas estrellas”! Pero ellos, en ese momento, están pensando en su amor, esperando el momento del Eclipse. Sólo un instante puede llenarlos de amor para hacerlos más fuertes y seguir luchando por su amor, hasta que se junten de nuevo.
Porque el cielo guarda bellezas tan grandes...

Primer encuentro

Como estatua viviente. Muy ansiosa. Impecable.

Estalló en un beso tu mirada penetrante

Se mezcló entre la gente, en hora pico y sol radiante

de un movido Caballito a esa hora de las tardes.

Tu mano rozó la mía, como apresurando el vamos,

que pronunciaron mis labios, en intento de alejarnos

del murmullo de la gente, que el café había inundado.

Me ayudaste con mi abrigo, a ponérmelo despacio

emprendimos un comienzo, las escaleras abajo

caminando lentamente, hacia el coche que abordamos

hasta el nidito de amor, nos sumergió con encanto.

Tus abrazos y tus besos, en mi vida inició un cambio,

con incógnitas y sorpresas, con sonrisas y entusiasmo.

¿Sería la única vez? me preguntaba pensando

¿Tal vez el comienzo de algo?...

Dudaba ante ese encuentro de calor inigualable

Tu sonrisa con la mía se entremezclaron al aire.

Una pasión ardiente recorrió mi piel a mares,

confundiéndome en la tuya con temor a enamorarme

de esa bella estatua viviente que muy puntual y sutil

fue a encontrarme.


Carta a una amiga

Hola, Neca:
No estoy en mi casa, estoy en casa de mi hijo. Estaré de regreso en breve y pienso ir a visitarte un día, previo aviso telefónico para asegurarme de que estarás en tu domicilio.
Me gustaría ver la obra de teatro que me propones: "Como si fuera esta noche", basada en el texto del mismo título, cuya autora es Gracia Morales. Pero a decir verdad, más me gustaría tener el texto para leerlo. ¿Se puede adquirir el libro? ¿Dónde? Si me averiguas, yo lo consigo y tendré un compañero, ya que últimamente me valgo siempre de la compañía de un buen libro para las horas en las que no tengo ganas de mirar tv o de sentarme ante la pc. ¿Me lo averiguas? Y me decís luego.
Un abrazo

Instantes

Dicen que no es de Borges, pero se lo atribuyen. ¿ALGUIEN SABE SI ES O NO ES? si alguien lo sabe que lo diga.

INSTANTES

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

Me gusto el poema. Creo que vale la pena reflexionar sobre este mensaje que el autor, sea o no Borges, nos quiere transmitir.

El Silencio

Después de todo....¿Qué es el silencio?
Mucho se dice sobre esto.
Mientras leía algunos mensajes que me envían mis amigos y amigas, tal vez en reprimenda a mi mismisimo silencio por no responder a sus cartas, he rescatado algunas frases que hicieron algo así como brotar mi interés.
1- "El silencio no es la ausencia de sonidos. Es un estado tranquilo en el que puedes oir lo que se mueve en tu interior, con mayor claridad."
2- "En el silencio de tu alma se esconden los mas bellos secretos de tu corazón"
3- "En el silencio de la naturaleza, Dios susurra a través de los pájaros y demás criaturas"
4- "En silencio con un amigo se descubren maravillosas conversaciones que la palabra sería incapaz de pronunciar"
Y...sabes una cosa...para mi tranquilidad, resignación o simplemente, autoconvencimiento, adopto como válidas sobre todo la última (4). ¿Qué te parece?, bellas frases.

Porque por fe andamos, no por vista.

En una clase de inteligencia, la maestra pregunta a un niño:
dime Agustín ¿Ves ese árbol allá afuera?
-- Sí, lo veo; responde el niño.
-- ¿Ves el pasto allá afuera?
-- Sí, lo veo.
-- ¿Ves los pajaritos revoloteando?
-- Sí, pues, los veo.
-- Ahora, asomate a la ventana y mira hacia arriba. ¿Ves a Dios?
-- Pues no maestra, no lo veo.
-- Entonces Dios no existe, dijo la maestra.
Una niña que escuchaba el diálogo muy atentamente, dijo a la maestra
-- ¿Puedo hacerle unas preguntas a Agustín?
-- Sí, respondió la maestra.
-- ¿Ves ese árbol allá afuera?
-- Sí, lo veo;
-- ¿Ves el pasto allá afuera?
-- Sí, lo veo, respondió el niño, ya cansado de las mismas preguntas.
-- ¿Ves los pajaritos revoloteando?
-- Síiiiiiiiiiii, pues, los veeeeeeeeeo.
-- Y ahora dime, ¿ves a la maestra?
-- Síiiii, claro que la veo. Es muy bonita.
-- ¿Ves el cerebro de la maestra?
-- Pues no lo veo.
-- Entonces, hoy aprendimos algo: la cabeza de la maestra no tiene cerebro, está hueca.

PORQUE POR FE ANDAMOS, NO POR VISTA.
AUNQUE NO TE VEO, CONFIO EN TI.
PUEDO AMARTE, SIN VERTE.





Y el tren se ha ido.

Cuando un amor llama a la puerta de tu corazon, atiendelo. Puede ser que ha bajado del tren, te ha venido a ver, ha tocado a tu puerta, y tu muy ocupado, no lo has atendido. Ese amor, despacito, muy lentamente, da media vuelta, y aun mirando de vez en cuando, hacia atras, retorna a la estacion, se toma un tren y se aleja para no volver nunca mas.