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Diario Impersonal

Obra de bien.

Los trabajos que realizaba Narciso eran variados. No conseguía uno estable que esté de acuerdo a sus condiciones laborales y al deseo de percibir un haber mensual que cubra sus gastos y los de su familia.
Un día lo llamaron de una consultora. Trabajó allí más de dos meses sin cobrar nada, lo mantuvieron más que engañado. Fue cuando cayó en un estado depresivo, el peor de su vida. Yo lo llamé varias veces por teléfono, trataba de ayudarlo. En una ocación me dijo que no había comido nada en todo el día anterior ni ese día, no tenía ni ganas ni fuerzas de continuar viviendo. Me desarmó. Lo invité a salir a caminar. No quiso. Insistí varias veces. Hasta que logré que me diga que sí. Caminamos, charlamos, y fuimos a un supermercado donde yo tenía que hacer la compra de algunas chucherías y artículos de tocador. Lo invité a que se eligiera algo para preparar la comida de la noche y de otros días. Eligió lo más económico: fideos, puré de tomate, aceite, arvejas en lata, arroz, leche, azúcar, té, mate cocido y galletas de agua saladas. Yo le agregué a su carro, una caja de ravioles, queso de rallar, manteca y un frasco de mermelada ¿Mayonesa? le pregunté. Me dijo NO eso es un lujo, no me animaría a llevarlo, ya es bastante.
Me sentí tan bien al verlo contento con esas cosas. Me sentí realizada. Era una obra de bien.

1 comentario

Geraldine -

Dime ¿Que ocurrio con el tal Narciso ese? Alli termina la historia Maria Er?