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Diario Impersonal

Vestida de violeta

Vestida de violeta

Toda la ciudad se vistió de violeta. Las hojas cedieron el paso a las flores y los árboles de  jacarandá engalanaron el ambiente ciudadano. El viento se encarga de acolchonar plazas y veredas con pétalos violáceos.  La vista del viajero no puede zafar del espectáculo primaveral. Y más de uno se preguntará  ¿Adónde se fueron las hojas? ¿No están celosas de las flores? ¿Cedieron el paso o ellas se las sacaron? Pero como todo vuelve…un día las flores se irán y reaparecerá el verdor de las hojas. Ya no serán las mismas, serán nuevas y tiernas. Y después vendrán más flores, y tampoco serán las mismas, serán otras. Y esa es la vida misma, la que continúa y la que luego da lugar a otra vida. La muerte existe. Y por eso mientras está la vida hay que vivirla. 

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