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Diario Impersonal

Verdad o mentira.

Por momentos se me nublaba la vista, tenía mareos, sentía escalofríos. Me senté frente a mi ordenador, lo dí vueltas al messenger, ví la señal de muchos de mis contactos indicándome luz verde. Pero no tenía ganas de hablar con nadie más que contigo. No hablaría de amor ni mucho menos de sexo. Me enerva hablar con los que piensan que solo el sexo es importante en la vida. Y que si entras a navegar por internet, solo eso buscas. Y la equivocación de esa gente es muy grande. Recuerdo una vez que me dio náuseas cuando hablaba muy en serio sobre la sexualidad, y el señorito con el que estaba en línea comenzó a decir pavadas al respecto. Hay gente, como ese mismo señorito, que no sabe distinguir la verdad de la mentira, lo real y respetuoso de lo fantasioso. Creo que ni siquiera sabe distinguir entre la vida y la muerte de una amistad. No mide sus dichos. Cree tener la verdad en la boca, solamente en la suya.
Y volviendo a mi primer objetivo, continúo...
Decía que quería hablar contigo. Me hace mucho bien hablar contigo ¿sabes?. Y no importa el lugar donde estés, ni la hora que estés. Lo importante es saber que estás. A pesar de cualquier circunstancia eres mi amigo del alma, yo así te considero. Y sí, podría decir más cosas de tí y por tí, pero ese no es el tema ahora. El tema es que de momento se me ocurre que quiero encontrarte, que necesito hablarte. Y que todavía te quiero. Y lo puedes tomar como quieras, como amigo, como hermano, ¿hermano?... como un amor imposible o platónico.
Un saludo a todos los visitantes que pasan por aquí y el mensaje: Decir la verdad siempre, aunque duela. Las heridas de la verdad se curan más rápido que las de la mentira. Incluso las de la mentira quedan abiertas y a veces no se cierran nunca. Y como tú, siempre me has dicho la verdad, tal vez ese fue el motivo por el que ayer necesitaba hablar solamente contigo.

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